Pero ya en serio. Hace dos días fue mi cumpleaños número 27 y, como en cada cumpleaños luego de los 21, me quedo contemplando la vida, y mi mortalidad, por unos días.
Recuerdo que, desde los mencionados 21, muchos querían que tirara una gran fiesta, especialmente para los 25. Que celebrara mi 20 por todo lo alto, con alcohol, música, fiesta, y un poco de sexo también- ¿por qué no? Pero nunca fue lo que quise realmente. Los 20 nunca llegaron acompañados de gran euforia, solo de la tranquilidad y estabilidad que necesitaba. Llegaron con abrazos, cariño, amistad y mucho amor. Esta vez no fue la excepción.
No sé en sí qué me depara este nuevo año. Qué retos enfrentaré, qué personas llegarán a mi vida, y quiénes se marcharán. Solo me queda pedir paciencia, entendimiento y una mente abierta para todo lo que viene. Sí sé qué cosas debo trabajar este año, como mi resistencia a la vulnerabilidad, vencer la apatía que le tengo a todo en general, e ir venciendo el miedo a la confrontación. Pero también sé que lo haré poco a poco, no de un día para otro, y que ya he avanzado bastante en mi proceso personal, así que estaré bien.
No puedo evitar pensar un poco en el tiempo que me queda. Algunas personas llaman a los cumpleaños un año menos, en vez de un año más. Si pasaré de los 27 o no ya queda en el destino. No puedo decidir cuánto tiempo me queda, solo qué hacer con el tiempo que se me concedió. En cuanto a si es un año más o menos, elijo ver el vaso medio lleno, y pensar que es solo un añito más en mi caminar. Ya no soy un niño pequeño, sino un adulto con cuentas por pagar, una casa que mantener, un trabajo que hacer, relaciones para crecer, y la eterna incertidumbre de si estoy haciendo las cosas bien. Todavía necesito a veces una mano sobre la mía cuando siento miedo, pero cada día refuerzo el sentimiento de que, mientras me tenga a mí mismo, todo lo demás podrá fluir.
Sobre los 26 no queda tanto que decir. En resumidas cuentas, fue un año para recordar quién soy en realidad, y poner más límites saludables en mi vida. Fue un año donde aprendí una de las lecciones más importantes en mi vida: siempre debo tener cuidado con las cosas que tolero, ya que le estoy así enseñando a la gente cómo tratarme. Los 26 fortalecieron mis amistades con las personas con quienes realmente deseo una amistad, y se llevaron a gente que nunca merecieron el título de amistad. Estos 26 me trajeron de vuelta a personas de mi infancia que me han hecho mucho bien, y a una persona que nunca pensé volver a ver, pero qué agradecido estoy de que esté de vuelta en mi vida.
A quienes se mantuvieron conmigo o llegaron a mi vida este pasado año, solo me toca darles las gracias. Por las lecciones aprendidas, por escucharme, por ser parte de mi vida y permitirme ser parte de la suya, por las aventuras, por el cariño. A quienes se fueron, gracias por las lecciones y por enseñarme a quererme más; no vuelvan a mi vida, que no me hacen falta. Todos me enseñaron a ser más celoso con quién dejo entrar a mi vida, y no podría estar más feliz por eso.
Gracias por la magia aprendida este año, por introducirme a una vida que me hace sentir más vivo, más pleno, y más yo. Gracias por todo lo que he aprendido en la magia, que me ha ayudado a evolucionar como persona a niveles que nunca imaginé. Gracias por la valentía que necesité para permitir esto en mi vida.
Al final, llegaron los 27 con varias metas cumplidas, más aprendizaje, y más amor del que pensaba. Aún me falta mucho por cumplir, y no pienso parar hasta que tenga el premio en mis manos y no solo en mi mente. Recibo este nuevo año en mi vida con alegría y con esperanza, abrazando el hecho de que soy un año más viejo, pero un año con más sabiduría también. A mis familiares, a mis amigas, a mi chico querido, gracias por ser y estar. Los amo.
No extenderé más este escrito, ya que no tengo por qué. Solo quería compartir un pensamiento corto. A quienes me felicitaron en estos días, les agradezco nuevamente, y que la vida les multiplique todo lo que me han deseado. Ahora me queda tener esperanza de que este año sea de muchas bendiciones y crecimiento, y trabajar para que esto suceda.
Llegaron los 27, contra una pandemia, miles de problemas de salud, dificultades, incertidumbres, y penas, pero acompañados de aventuras, posibilidades y amor. Gracias, por todo.
P.S. Si me quieren enviar algo por ATH Móvil son más que bienvenidos.