Sunday, April 17, 2022

Cuando termino sobre pensando las cosas



¡Qué semana! Este capítulo de mi vida debería llamarse, "Cuando no es una cosa, es otra". Te lo juro que no pego una. No entraré en detalles sobre todo lo que ha pasado. No viene al caso y son cosas muy personales. Pero los que me conocen saben que mi mente va a millón con la mínima cosa. Sin embargo, a mi favor, nada de lo que ha pasado esta semana ha sido pequeño. Creo que, dentro de todo, lo estoy manejando mejor de lo que antes lo hubiera hecho. 

Excepto por una cosa- el sobre pensar. El mayor de mis males, el peor de mis defectos, y la causa máxima de mi autosabotaje. Muchas veces termino poniendo en peligro mi felicidad, porque mi mente no para de correr, y cuando acaba todo, me doy cuenta que la mayoría de las cosas estuvieron en mi mente. Si tan solo parara de pensar tanto, al menos por un momento, creo que podría estar mejor. 

No quisiera, sin embargo, terminar pasando por alto o negando lo que siento y pienso; es lo que inglés llaman "gaslighting". No quisiera caer en eso, pero también reconozco que a veces mi mente me traiciona. 

Como cuando a veces termino diciéndome esto. 


Esto que escribiré ahora es lo que siente estar en mi mente, especialmente en estos últimos días, cuando las preguntas sin contestación llegan en la noche y me siguen atormentando durante el día. Preguntas que me mantienen sin dormir. Preguntas que estoy intentando resolver y, si no tienen solución, dejarlas ir. Preguntas, pensamientos, ideas...


mi mente en estos momentos

¿A dónde realmente pertenezco? 

¿Realmente estoy preparado para todos los cambios que se avecinan? 

¿Por qué no me siento que soy suficiente? 

¿Hasta cuándo el amor propio es suficiente? 

¿Estoy mal por desear otro amor además del propio? 

¿Quién soy realmente? 

Cuando termine este proceso de transición, ¿qué quedará de mí? 

Soy una persona amable, ¿pero realmente eso es lo que me define? 

Tengo que ser más asertivo, o la gente continuará pisoteándome. 

¿Cómo puedo llegar a ser asertivo sin ser cruel? 

Pienso en no lastimar a los demás con mis acciones, pero no recibo esa misma consideración. 

Sé que estoy mal al esperar de otros lo mismo que doy. Pero sigo decepcionándome. 

¿Cuán factible es amar a alguien que no te ama de vuelta? 

¿Hasta dónde yo debo comprometerme? ¿Hasta qué punto debo ceder? 

¿Está bien quedarme y luchar? ¿Cuándo ya es suficiente? 

Cuando en las mañanas nadie te despierta, cuando en las noches nadie te espera, y cuando puedes hacer todo lo que se te antoja y cuando quieres, ¿cómo le llamas a eso? ¿Libertad o soledad? 

Si tengo gente a mi alrededor que sí me quiere, ¿por qué me siento tan solo? 

¿Cuántas veces debo ir a terapia antes de estar bien? 

¿Soy emocionalmente inestable si algo me afecta más que a alguien más? 

¿Es cierto que no soy fácil de querer? 

Esa necesidad de estar bien, versus la necesidad de tomarme un espacio y permitirme sentirme mal. 

Ya no quiero querer demás. 

Este cambio me está doliendo y me está costando, mucho más que cualquier otro que haya hecho. 

Se nos habla mucho de aprender a soltar, pero muy poco de sostener, cuidar, amar y no salir corriendo cuando las cosas se complican. ¿Pero hasta cuándo? 

¿Qué realmente estoy dispuesto a dejar ir? ¿Qué cosas en mí ya estoy listo para soltar? 

¿Por qué siempre debo estar pensando en el bienestar de los demás? ¿Qué hay del mío? 

¿Por qué el reforzar mi autoestima se siente a veces como narcicismo o arrogancia? 

Sé que no es mi responsabilidad el cómo los otros se sienten cuando pongo límites fuertes, pero a veces son crueles cuando lo hago. Eso empeora el sentimiento de soledad, aunque sé que me sentiría peor sin esos límites. 

La decepción duele más que cualquier otra cosa. Puedo estar enojado por un tiempo, pero luego se me pasa. La decepción es más difícil de superar. 

No es miedo al amor lo que sentimos. Es miedo a no ser amado de vuelta. 

No busco controlarlo todo. Solo quisiera más seguridad con algunas cosas. 

Está bien no ser perfecto, pero se me hace complicado a veces el no presionarme para serlo. 

Debo dejar de presionarme tanto. Debo dejar de pensarlo tanto. 

Mientras más vulnerable soy, más me lastiman. Pero si no lo soy, me vuelvo frío y apático, y no me gusta ese lado mío. 

¿Hasta cuándo el amor propio es suficiente? 

Sé que, si hiciera lo mismo que me hacen a mí, me odiarían con creces. Pero no me nace ser así. Intento mucho devolver lo que recibo, pero no me sale. No soy esa persona. ¿Eso está mal en mí? 

Me cuesta abrirme a las personas hasta que les tomo más confianza, pero a veces quisiera ser distinto. 

¿Por qué a veces siento tantas ganas de escapar? ¿A dónde se va cuando te duele el alma? 

¿De qué me vale decir tanto, si casi nadie entiende? Si nadie escucha. Si me tratan como una muñeca de porcelana que se fuera a romper de un momento a otro. 

No me interesa demostrarle nada a nadie. Solo quisiera sentirme tan fuerte como las personas dicen que soy. 

Ahora que vuelvo a terapia, ¿qué quedará de mí cuando termine el proceso? ¿Me gustará la persona que saldrá de ahí? ¿A quiénes perderé en el recorrido?

Sí, me levantaré de las cenizas, pero el quemarme viene primero. Para esta parte, debo ser valiente. ¿Qué seré cuando todo acabe?

¿Me gustará esa persona en la que estoy cambiando?



Con esto es todo por hoy. Esto es solo un pequeño vistazo a lo que hay en mi mente a diario. Otras ideas no las escribí porque llegan demasiado profundo, y prefirí reservarlas. 

Estoy bien. Solo necesito un tiempo para levantarme de nuevo. Pero estaré bien, yo sé que sí. Después de todo, soy la persona más fuerte que conozco. 


P.S. Vayan a terapia. Es sanador y necesario. 



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