Sunday, May 8, 2022

¿Hay vida después del amor?




Cuando se termina una relación, ¿a dónde se va el amor? ¿Qué pasa con él? ¿Se transforma, disminuye o desaparece? ¿Sigue ahí? Y si es así, ¿por cuánto tiempo? ¿Se puede volver a amar luego de haber amado tanto a alguien? 

Quisiera tener respuestas para estas preguntas. Tristemente no las tengo. Solo tengo la incertidumbre de qué me traerán los días, ahora que debo acostumbrarme a la ausencia de una persona que, por un tiempo, fue un constante en mi vida. Acostumbrarme a la idea de que, por más que ames a alguien, no significa que vaya a funcionar, o que vayan a amarte de vuelta. Acostumbrarme al hecho de que no todas las historias tienen un final feliz, solo un final y punto. 



Estos días se han basado en llorar todo lo que pueda, en no dejar nada dentro. En manejar una soledad para la cual no estaba preparado, viviendo en una casa donde veo su presencia en todas partes. Dándole vueltas al asunto, preguntándome sin parar qué hice mal, y qué tengo yo de mal. Pensando que la única felicidad que deseo es la única que no puedo tener. 

Un día parecía ir todo bien. De repente, la oscuridad comenzó a ser más aparente, y no pude seguir ignorando las enormes banderas rojas. En una encrucijada, tomé la única decisión posible: me elegí a mí. Aunque todavía me pregunto si realmente tomé la decisión correcta, sé en el fondo de mi corazón que así fue. Es solo que se siente todavía como renunciar y tirar la toalla, dejando todo para continuar solo. Pero al mismo tiempo pienso, ¿cuánto tuviste que aguantar antes de que dijeras "ya basta"? ¿Para qué quedarme en un lugar donde me faltan el respeto constantemente? ¿Hasta qué punto amar a alguien es suficiente cuando el sentimiento ni siquiera es recíproco? 



Duele, como nunca algo me había dolido en mi vida. Hay días en que casi no puedo respirar, mucho menos dormir. Me tomo pausas, lloro, me permito extrañar, y continúo. Pero sé que, a pesar del dolor, esto tenía que hacerlo. No comía bien, no estaba durmiendo, y ni hablemos de mi salud mental. Entre dos dolores, debía escoger el sufrimiento de quedarme, y mantenerme en una asquerosa incertidumbre junto a una persona emocionalmente inalcanzable, o el dolor de irme, llorar y eventualmente superar. Obviamente escogí el segundo. Hay muchas cosas difíciles en la vida, y siempre debemos tomar una decisión sobre ellas. Ejemplo, trabajar es difícil, y el desempleo también es difícil; es cuestión de escoger bien la dificultad que estás dispuesto a pasar. 

Algunas historias de amor no son historias épicas. Algunas son solo cuentos cortos. Pero eso no significa que estuviesen menos llenos de amor. Me toca ahora levantar las piezas que quedan, recuperar mi energía, agradecer por la experiencia, y enfocarme más en mí. 

Créditos a @cosasdelkevin en Instagram.


Cierto amigo mío, muy cercano a mi corazón, me dijo estas palabras durante la semana: "En todo el tiempo que estuviste con él, ¿qué hiciste por ti? Aparte de trabajar y estudiar a la vez, ¿qué hiciste por ti?" El balde de agua fría que me bajó con esas palabras me hizo darme cuenta de la veracidad de sus palabras. Me enfoqué tanto en alguien más, en hacerlo feliz, en ayudarlo a crecer, que me olvidé casi completamente de mí. Y digo casi completamente, porque después de todo, aún me quedaba el suficiente amor propio para darle un punto final. Mas sí reconozco que, poco a poco, estaba dejándome ir. Cediendo en cosas que no debí ceder, intentando moldearme a la idea que tenían de mí solo para no perderlo, sin fijarme en que me estaba perdiendo a mí. 


Amar no debe implicar perderse a uno mismo. Compromiso sí, auto sabotaje jamás.  Estaba tan concentrado en no perderlo, que me olvidé de mí. Ignoré las banderas rojas, esas alertas que me advertían que no todo era tan perfecto como parecía. Tal vez me quedé más tiempo del que debía, pensando que todo mejoraría, que solo era una etapa. Me doy cuenta que mi mayor error fue permitir que todo eso pasara. No puse un alto cuando debía. 



Por eso, este verano mi proyecto será Emanuelle. No Ema esta vez, solo Emanuelle. Recuperar mi energía, reacomodar mi casa, botar muchas cosas (acumulo demasiado), disfrutar mi soltería, conectar nuevamente con Wicca y mi espiritualidad, ir a terapia (esta y todas las veces que sea necesario), recordar quién soy, ser una maravillosa bruja (no hablo metafóricamente) y, sobre todas las cosas, volver a enamorarme de mí. 

Bendita sea la serie de "Sex and the City", o como yo la llamo, mi biblia.


¿Qué pude aprender de esta experiencia? A nunca aceptar menos; el cariño a medias no es cariño. A no comprometer mi esencia solo para complacer a alguien más. Que Wicca es mucho más que mi fe y mi estilo de vida, es una roca sólida en la que puedo apoyarme cuando lo necesito. Que se vale extrañar a alguien, y no quererlo de vuelta en tu vida. Que soy suficiente, aunque no todos sepan reconocerlo. Que no merezco faltas de respeto, ni migajas de amor. Que ver "Sex and the City" de nuevo realmente fue tremenda terapia. Y que no importa cuánto me hayan roto el corazón, no lo superaré sin mis amistades. 


Por último, si estás leyendo esto, solo me queda algo por escribir. Así como dice un autor que detesto en su libro "The Fault in Our Stars", hay algunos infinitos más grandes que otros infinitos. Aunque me hubiese gustado más días en nuestro pequeño infinito, estoy muy agradecido por los días que tuvimos. A pesar de todo, sigues siendo una de mis mejores decisiones, y no me arrepiento de haberte elegido en su momento. Una parte de mi corazón siempre será tuyo; fuiste hace años mi primer amor, después de todo. Me enseñaste a vivir sin miedo, sin disculpas... me devolviste la vida, me regresaste a ella. Pero ahora me toca continuar esa vida sin ti.

Te amo, pero me amo más a mí. He estado en una relación conmigo por 27 años, y esa es la relación en la que me debo enfocar. Al final, merezco el mismo amor que siempre intento dar a los demás. 




P.S. A todas las personas que han estado ahí, gracias. No estoy bien, pero gracias a ustedes este proceso ha sido más llevadero. Por escucharme, por secar mis lágrimas, por el cariño, por los mensajes de texto preguntando si estoy bien. Ustedes saben quiénes son.  

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