Sunday, April 25, 2021

Descubriendo Wicca: la vida mágica que escogí


 ¿Quién soy? 

¿Hacia dónde voy? 

¿Para qué estoy aquí?


Creo que todos en esta vida nos hemos hecho mínimo una de estas preguntas en algún punto. Hoy estoy un poco más cerca de contestarlas, tras muchos años de búsqueda. No tengo las respuestas completas, pero sí estoy más cercano a ellas. 

Durante la mayor parte de mi vida, especialmente en la niñez, había un camino distinto al de las personas a mi alrededor que cada día me llamaba más la atención. Wicca siempre estuvo ahí, no vino a aparecer ahora de adulto. Estuvo en las noches en que miraba hacia la luna buscando respuestas a lo que me afligía, en mis crisis de fe cuando no sabía en qué creer, en los interminables días en que intentaban imponerme una creencia con la que nunca me sentí cómodo, y en las cosas que veía y leía. Se puede decir que, en cierto sentido, el llamado a Wicca siempre ha estado ahí. 

En la adolescencia no le prestaba mucha atención. Esos años de escuela superior fueron... intensos. Estaba apenas descubriendo y explorando mi sexualidad, ansiando más libertad, zafarme de todo lo que me ataba, y rechazando lo que veía a diario en mi espejo. No sabía quién cuernos era, punto. Pero seamos realistas: ¿qué persona entre los 15 y 17 años conoce completamente su identidad? Hay tanto por descubrir de uno mismo, tanto por explorar y experimentar a esa edad, que es prácticamente imposible saberlo todo para ese entonces. 

Creo que fue en esos años cuando más amarrado (por así decirlo) me sentí, especialmente en la iglesia. Lo siento mucho, pero no me sentía ni cómodo ni feliz ahí. Si eres heterosexual, imagínate ser gay y crecer en un lugar donde la mayoría de las personas a tu alrededor (cientos de ellas) hablen a viva voz que las personas como tú son una abominación. Eso de seguro hace maravillas por la autoestima de una persona... ajá. Cada idea que tenía que era considerada demasiado individualista era callada, mal vista, silenciada. Así que aprendí a temprana edad a simplemente callarme y no mostrarle a nadie lo que sentía y pensaba, porque cada vez que lo hacía sólo me traía problemas. Ya saben una razón por la cual se me hace difícil abrirme a veces. 

Ya para mis últimos años en la iglesia, alrededor de mis 19 años, había perdido todo tipo de fe. No le encontraba el sentido, cada cosa que hacía perdía el propósito, y sentía como si me estuviera ahogando. Si es en la iglesia donde usted, lector de hoy, se siente cómodo: me alegro mucho y espero que así se mantenga, y que sea todo de bendiciones para usted. Pero no fue mi caso. Tenía que lidiar con personas que casi a diario criticaban y cuestionaban cada uno de mis movimientos, manteniéndome bajo una lupa todo el tiempo. Debía cuidar cada palabra que saliera de mi boca, cada gesto con mi cara (no estoy exagerando), cada pensamiento que pudiera ser pecaminoso, cada manera en que buscara expresar mi identidad, porque si no tendría problemas. No era yo. No era libre. Y cada día me moría un poco más. Tal vez digan, "Ay conmigo no, yo no me dejo, blah blah blah". No me importa. 

El día que decidí irme fue uno de los mejores días de mi vida, y ya casi cuatro años luego no me he arrepentido. Hay muchas cosas en mí que aún debo trabajar, pero ya al menos ya no me siento atado por nada ni por nadie, ni por expectativas de otros sobre mí. Probé la libertad por primera vez, y los resultados son bastante visibles. O sea, el tatuaje y las uñas pintadas no salieron de la nada, ni mi estilo de vestirme, ni el modo de vida que llevo. Por fin podía respirar. Sí, hice amistades preciosas en mis años ahí, que son personas que siempre llevo conmigo sin importar la distancia ni el tiempo, y agradezco muchísimo el haberlos conocido. Pero no era quien deseaba ser. 

Cuando pasas tantos años forjando una identidad completamente falsa, siendo un personaje prácticamente, ¿cómo vuelves a tu esencia? ¿Qué eres cuando te quitas la túnica (literalmente en mi caso) y debes ver qué eres? El reflejo que veías anteriormente pasa a ser una sombra, algo irreconocible, ya que te das cuenta que ese en el espejo nunca fuiste tú. ¿Cómo muestras al mundo quién eres en realidad, si toda tu vida te han dicho que quien eres está mal? Si lo único que has aprendido es a odiarte, ¿cómo comienzas a amarte? 

Bueno. La cuestión es que luego de separarme, pensaba que en realidad era ateo. Cada oración eran palabras vacías, y cada práctica religiosa cristiana parecía más absurda que la anterior. Ojo: no busco ofender a nadie, estoy hablando solamente desde mi perspectiva. Si te ofendes es porque te da la gana, ya que esto no debería ser tomado por NADIE como un ataque personal. 

Sin embargo, no sentía que el ateísmo era el camino correcto. No era para mí. Simplemente no podía aceptar que esa fuese la respuesta, especialmente tras varias experiencias de vida que he tenido que me han demostrado algo más allá. Si eres ateo, tranquilo que tampoco es un ataque hacia ti, así que relax.

Comenzaron entonces a llegar señales a mí. Libros de Wicca por todas partes, películas sin yo buscarlas, documentales, sueños, páginas en mis redes sociales... todo apuntaba hacia Wicca. Así que me dije a mí mismo, ¿por qué no? Ya eres un adulto, eres libre de hacer y pensar lo que te de la regalada gana, y al que no le guste, que se muerda un ojo. Comencé a leer, investigar, experimentar con Wicca, y cada vez me daba cuenta que esto era para mí. 

Cada idea hacía perfecta lógica, aún conceptos como la reencarnación o los chakras, que eran totalmente desconocidos para mi mente en ese entonces. Mientras más me adentraba en Wicca, más me sentía como en casa. Compré la guía para el practicante solitario, estudiando más a fondo la religión, pero no me quería quedar ahí, así que tomé las clases, construí mi altar, y me comencé a comunicar poco a poco con las deidades a mi alrededor. Mi querido lector, te puedo decir sin miedo alguno a equivocarme, que encontré a donde pertenezco. 



Ahora, hablemos un poco más a fondo de Wicca. ¿Qué es como tal? 

Wicca es una religión neopagana, la cual fue desarrollada y organizada oficialmente en la década de los 50 en Inglaterra por Gerald Gardner. A pesar de ser relativamente nueva, comparada con las tantas otras religiones existentes, las raíces de Wicca no son tan contemporáneas, sino que se encuentran en el paganismo antiguo. Wicca es una religión chamánica, y para quienes lo desconozcan, el chamanismo es considerado como la primera religión en el mundo. Al igual que con el chamanismo, sólo algunos se sienten llamados a unirse al círculo wiccano. 


Al contrario de algunas religiones, en Wicca no vemos a la divinidad como algo distante, sino todo lo contrario. La divinidad habita dentro de nosotros y se manifiesta a nuestro alrededor de muchas maneras, especialmente en la naturaleza. Wicca entra en contacto constante y diario con la naturaleza y sus energías, Tal vez por eso algunas personas piensan que adoramos árboles o algo así, pero no; es probable que me vean meditando junto a un árbol, pero no postrándome frente a él. 

En Wicca vemos la divinidad de manera doble. Esto quiere decir que dicha divinidad se manifiesta de dos maneras: la Diosa y el Dios. Aunque sus atributos son muchos, en general la Diosa es representada mayormente por la luna, y el Dios por el sol. No nos humillamos frente a ellos, ni nos arrodillamos, ni nos consideramos imperfectos o seres llenos de pecados que deben ser constantemente limpiados. Creamos una relación con ellos, rezamos a diario, trabajamos a su lado en nuestras prácticas, los vemos en la naturaleza, y los buscamos por amor y gratitud, no porque queramos diariamente favores de ellos. En lo personal, mi relación con ellos apenas va empezando, pero ha sido hermosa en todos los sentidos. 

La Diosa se representa en sus tres fases: 
Doncella, Madre y Anciana. 
Créditos al artista. 

El Dios es común que lo veamos con cuernos, representando 
el lado salvaje de la naturaleza. Fue demonizado por los cristianos, tristemente.  
Créditos al artista. 


Trabajamos en Wicca con conceptos como la reencarnación, los ciclos de la naturaleza y de la luna, los chakras, la contemplación, la meditación, el análisis de uno mismo, el respeto máximo al planeta, el amor propio, y una vida lo más saludable posible- ya que el amarnos a nosotros mismos incluye trabajar tanto con nuestro cuerpo como con nuestra mente. Y claro está, trabajamos con la magia; Wicca abraza la magia dentro de sus prácticas, y la utilizamos todos los días. 

Como regla moral, la idea es sencilla: haz lo que desees, mas no le causes daño a nadie. Esto incluye no lastimar a otras personas, ni a los animales, ni a la naturaleza, y por supuesto tampoco a nosotros mismos. El tratarnos con amabilidad, el creer en nuestro potencial, el perdonarnos, el trabajar con nuestro lado oscuro, es crucial dentro del amor y cuidado propio, tanto aquí en Wicca como en cualquier otro lugar. 

Así que, vean otra vez esa regla moral antes de que empiecen con estupideces de que les voy a hacer un hechizo o algo. Y créanme, aunque no existiera esa regla, no gastaría mi magia en algo tan mezquino como lastimar a alguien más; quienes me leen me conocen bastante, y saben que no le hago daño a nadie. 

Esto incluye hechizos de amor. No me los pidan, 
porque no lo haré. 


Ahora, ¿Wicca trabaja con magia blanca o negra? Rompamos ese concepto un momento, gente hermosa. La magia no tiene color; no es negra, y no es blanca. Lo bueno o lo malo está en el corazón de la bruja. Para que me puedan entender mejor, ¿la naturaleza es mala o es buena? Después de todo, de ella tenemos lo que comemos, pero también nos envía temblores, tormentas y demás. La naturaleza tiene su lado de luz como su lado oscuro, y eso mismo pasa en la magia. Por consiguiente, creo que la respuesta de esto es bastante lógica tras haberles hablado sobre nuestra regla moral. Un wiccano no daña a nadie, punto. 



No me iré más en lo específico, ya que eso requiere estudio y esto no es un curso. Pero sí quiero romper con varios estereotipos aquí: 

1- "Las brujas adoran al diablo": No. Mil veces no. Si tuviera un dólar por cada vez que escucho esa estupidez, ya me estaría operando en Colombia. No hay tal cosa como un diablo en la magia, mucho menos en Wicca. El concepto del diablo es una creencia cristiana, y nosotros somos paganos, así que ni siquiera hace lógica. Todo lo que es diferente tiende a ser demonizado tarde o temprano. Y no, no tenemos una biblia satánica ni ninguna cosa como esa, y nuestra estrella (el pentáculo) no es una estrella satánica; es nuestro mayor símbolo, y nos provee protección. 


2- "Los Wiccanos se desnudan en el bosque": Sólo algunos, y no necesariamente en el bosque. En realidad, la desnudez es opcional, y no sólo en Wicca. Y no, yo no lo hago. Este chocolate caribeño que es Ema no está a la vista de todo el mundo. 


3- "La magia es sobrenatural": Negativo. La televisión y el cine siempre dicen que sí, pero en realidad la magia es una energía completamente natural. Algunas personas llaman a la magia y su práctica como una ciencia aún no descubierta, y no tiene una sola forma. Si prestamos mucha atención, podríamos ver que hay magia a nuestro alrededor a cada minuto de nuestra vida. Nosotros simplemente aprendemos cómo usarla. 


4- "Las brujas leen el futuro y hablan con espíritus": Eh, no todas. Depende de la rama de la magia que desarrollen, y la magia no se limita sólo a esas dos cosas. El trabajar con cuarzos, limpiar energías, trabajar con los chakras, trabajar con los elementos o hasta prácticas en la cocina son parte de la magia. 


5- "Las brujas son todas mujeres": JA! No. Yo no soy mujer. Aunque es más común ver en los medios a brujas, los brujos también estamos por ahí. La magia no discrimina por sexo ni género, mucho menos Wicca. 


6- "Eso es rebeldía a la iglesia": No querido, no. No me uní a Wicca por un simple despecho; me uní porque así me nació hacerlo. El que no me sintiera bien en la iglesia no es sinónimo de ser bruja. Total, nadie más tiene el poder de determinar lo que siento y las razones por mis acciones más que yo. Y sólo por si acaso- no nos iremos al infierno; ni siquiera creemos en eso. 


7- "Hacen sacrificios humanos": Lo menciono porque lo he escuchado. Obviamente, la respuesta es no. Es hasta ofensivo pensar algo así.

 


8- "Las brujas vuelan en escobas": ¡Ya quisiera yo! Pero no, mis amores. Esto no es Harry Potter. Eso es fantasía, y yo hago magia de verdad. Sí usamos escobas, pero no para volar. 


9- "Wicca es la religión de las brujas": Incorrecto. Todos en Wicca somos brujas, mas no todas las brujas del mundo son wiccanas. Hay prácticas mágicas que no tienen nada que ver con Wicca. 


10- "Si quieres entender Wicca, tienes que ver 'The Craft'": Nope. Esa película tiene muchos elementos de Wicca, pero no es una representación exacta. "Practical Magic" se acerca bastante a la realidad, y aunque "Charmed" es súper fantasiosa, hay muchos elementos Wicca en ella. Sin embargo, la mejor manera de aprender es a través de libros, y personas capacitadas y dispuestas a enseñar, no con películas y series. 


Nuestro templo es la naturaleza, en todas sus formas. No tenemos un texto sagrado, y el concepto del pecado cristiano simplemente no existe entre nosotros. Se promueve en Wicca el pensamiento libre, la creatividad artística, la individualidad, y el crecimiento espiritual, personal y psíquico. En palabras cortas, Wicca es mucho más que una religión; es más bien un estilo de vida, una forma de ver el universo y trabajar con él. 


¿Qué ha traído Wicca a mi vida? Varias cosas hermosas: 

1- Mayor estabilidad emocional. 

2- Mayor conexión con el medio ambiente. 

3- Conocimiento de muchísimas cosas. 

4- Crecimiento espiritual. 

5- Una mayor consciencia de lo que hago y pienso, especialmente sobre mí. 

6- Una manera de vivir más saludable. 

7- Tanto amor propio que no sabría cómo describirlo en palabras. 

8- Personas maravillosas que me han enseñado, o que me permiten enseñarles. 

9- Mayor respeto por la vida en todas en sus formas. 

10- ¡Magia, por supuesto!


Así que, si sigues aquí, permíteme introducirme ante ti nuevamente, esta vez como soy en realidad. Soy Emanuelle, aunque sigo prefiriendo mil veces que me digan Ema. Sigo siendo el que ama los libros más que a la gente, el que escribe con pasión, el que escucha música en cada minuto de su día. Sigo siendo el fan eterno de las Spice Girls, Lana del Rey y Selena, el que llora con canciones de Queen, y el que prefiere los atardeceres a los amaneceres. Todavía soy aquel quien te abrazaba cuando no había pandemia, el que tiene demasiados animales, el que da clase de inglés, el que tiene una risa que da más gracia que el mismo chiste. Continúo siendo el chico que pinta las paredes de su casa con frases para animarse cuando lo necesita, el chico que no logra controlar sus expresiones faciales, el loco que sigue pintándose sus uñas y pensando en nuevos tatuajes para su cuerpo. Sigo siendo Ema, sólo que ahora con un toque de magia por el ladito. 

Si me conoces desde hace tiempo, no creo que esto sea una sorpresa grande para ti, y si lo es, tal vez no prestaste mucha atención a las señales que había por ahí ya. ¿Por qué escribí sobre esto? Me nació hacerlo, y no es nada malo; si otras personas pueden hablar de su fe cristiana y poner versículos bíblicos en sus redes sin miedo, ¿por qué yo no puedo hacer lo mismo? ¿Qué tal vez me discriminen? Sí, de eso estoy más que consciente, no soy tonto. Pero seamos realistas: yo estoy siendo discriminado y rechazado desde pequeño por muchas personas, así que ya sé bastante sobre cómo lidiar con gente estúpida; no me asustan ni me intimidan. No tengo por qué esconderme ni callarme; ya no es el 1692, y esto no es Salem. Ni estoy loco, ni es una fase. Esto es parte de mi identidad, es parte de quien soy. No me volví wiccano de la noche a la mañana- creo que siempre lo fui, sólo que no me había dado cuenta. 

Créditos a Fairy Witch de Deviant Art. 


Así que invito a abrir tu mente, a aceptar lo que pueda ser diferente, y a comprender que en este caminar que llamamos vida, la verdad no está escrita en piedra. Sólo porque un camino no haya sido el que tú escogiste para ti, no significa que sea malo.


¿Quién soy? 

Una persona con mucho para dar. 

¿Hacia dónde voy? 

A donde yo quiera, cuando quiera y como quiera.

Mi camino y mi vida son escogidos sólo por mí. 

¿Para qué estoy aquí? 

Para ser feliz. 


No temo a ser visto, y no pediré disculpas. 
Este soy yo. 


P.S. Antes de que le vayan con el chisme a mami: ella ya lo sabía mucho antes que ustedes y me acepta tal y como soy, como siempre lo ha hecho. Joke's on you! 😘

3 comments:

  1. Te quiero Ema!
    ¡Qué todo lo que te haga feliz, llegue y se quede!
    Me gustó mucho leerte!

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  2. Me senti super identificada con cada palabra. ��

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